Los más puristas o puritanos tendrán que empezar a asumir que el mundo se rige por el sexo y que el mundo del ciberespacio también. Es más, ya no es sólo que la primera gran guerra de la cual tenemos constancia, la de Troya estuviera propiciada por un lío de faldas, es que actualmente la pornografía es una de las industrias más poderosas del planeta.

Una noticia nos lo deja claro. Un festival de pornografía y realidad virtual celebrado en el Japón tuvo que ser clausurada por la masiva afluencia de público según ha publicado The Next Web.

La organización se vio desbordada y cerró puertas generando el caos. La realidad virtual ofrece unas posibilidades en el mundo del porno hasta el momento impensables. Pasamos de los vídeos a una experiencia que cada vez más se asemeja a la experiencia del acto sexual.

No se trata sólo de casco de realidad virtual que hace que creamos estar en el propio emplazamiento donde se produce el acto sexual, ahora la industria ha creado numerosos gadgets que permiten creer de verdad que estamos teniendo sexo.

Objetos automáticos que producen felaciones y masturbación vaginal, según los que lo han probado traen al usuario hasta una experiencia cercana (no al 100 por 100 pero casi) al sexo real.

Es tal el poder de la industria del sexo que en muchos casos está consiguiendo ser la punta de lanza de una revolución que como vimos en el anterior MWC es el futuro más cercano: la realidad virtual. 

En este sentido no resulta extraño que los acontecimientos dedicados a la pornografía y a la realidad virtual se desborden. En ellos podemos asistir a un espectáculo meramente sexual o podemos ver cuáles son las innovaciones más en boga del momento.