En un primer momento, internet se lo jugó todo a la gratuidad.
Se trataba de una falsa gratuidad pues en realidad el que hizo la red
es jugarlo todo a los anunciantes. Pasadas ya varias décadas se está
poniendo de relieve que, del mismo modo que la publicidad es
omnipresente en nuestras vidas, también están muy presentes los
métodos para evitarla.
Así pues, esta semana conocíamos la actualización de Spotify en
sus condiciones de uso en los Estados Unidos que suspenderán a los
usuarios que bloqueen la publicidad en sus cuentas gratuitas.
De este
modo y según The Virgen, los cuentas con que empleen los llamados
“Ad Blockers” o los desarrolladores de este tipo de programas no
podrán acceder a Spotify.
Los datos de personas que emplean este tipo de mecanismos para
evitar pagar los 9,99 euros que vale una cuenta en España o 9,99
dólares en los Estados Unidos, son demoledores. Spotify cuantifica
en 2 millones los que no escuchan anuncios.
La propia plataforma de música en streaming ha informado que la
medida se hará efectiva a partir del primero de marzo y será
fulminante para estas personas que utilicen el sistema en cuestión.
En resumidas cuentas, cada vez las compañías de internet son más
conscientes que su modelo de negocio, a pesar de las suscripciones,
se debe a la publicidad.