Al consejero delegado
de la GSMA , John
Hoffman, ya se le ha pasado el disgusto. Después de dejar plantados medios
y autoridades en la inauguración oficial del Mobile World Congress (MWC), que
arrancó con huelga de transporte público, ayer, Hoffman hizo público con
satisfacción que la undécima edición del congreso mundial de telefonía móvil
“ha sido un éxito”. Dos de las entidades organizadoras de este
acontecimiento
anual, la asociación de empresas de telecomunicaciones GSMA y Feria Barcelona,
calculan que de lunes a jueves pasaron casi 101.000 visitantes por el recinto
ferial de Gran Vía, en l'Hospitalet de Llobregat. Esta cifra supone un 6% más
de asistentes que a la edición anterior y se eleva mucho por encima de las
previsiones que la organización hizo públicas semanas antes del acontecimiento,
que auguraba superar el umbral de los 95.000 visitantes. Por eso, el próximo MWC
ya tiene fecha fijada, que será del 27 de febrero al 2 de marzo del 2017 y Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona, ha
podido despedirse con un “hasta la vista” del consejero delegado de la GSMA y también de todo lo que
representa que una feria como esta se celebre en Barcelona.
Pero los conflictos de movilidad, tema recurrente en los
almuerzos, cafés y comidas de muchos de los asistentes y expositores, han
quedado clavados como una espina entre los organizadores del acto, que, como
dijo Constantí Serrallonga, director general de la Feria , estarán en el tapete
“de cara a la próxima edición”. Por su parte, Hoffman no hizo ayer ninguna
referencia a las huelgas de los trabajadores de los servicios de metro y bus
que han encallado el transporte durante el congreso. Serrallonga hizo hincapié
en la idea que “ha sido una edición récord en términos cuantitativos y
cualitativos”. Respecto a la polémica sobre la posible fuga del acontecimiento
de cara al año que viene a Madrid, tal como dijo Cristina Cifuentes, presidenta
de la Comunitat
de Madrid, Serrallonga afirmó, que la polémica se ha acabado cuando la GSMA ha dicho, “Nos vemos el 2017” .
Después de cuatro días de colas en el metro, reuniones, caminatas
arriba y abajo de los 110.000
metros que ocupan los ocho pabellones de la feria y unas
cuántas fiestas post-congreso, ayer se respiraba satisfacción entre la mayoría
de los expositores. “Hemos visto mucho más interés que en otras ediciones”,
decía ayer, Josep Cerón, consejero delegado de Intesis, una empresa dedicada a
la conexión de objetos.
Al fin y al cabo, el objetivo último del Mobile es hacer
negocio y en la mayoría de casos la oportunidad se ha aprovechado. De hecho, a
la start-up de motosharing eléctrico Cooltra, que inaugurará su servicio para
la ciudad de Barcelona este próximo marzo, la huelga de transporte público le
ha servido para impulsar todavía más el negocio. “Los problemas para llegar a
la feria han hecho que sumáramos muchos usuarios durante estos días y que
incluso algunos vinieran con nuestras motos eléctricas”, explica Timo Buetefisch,
impulsor de este proyecto.
Albert Isern, consejero delegado de la empresa dedicada a la
inteligencia artificial Bismart, decía satisfecho que han cerrado varios
acuerdos: “Ha venido una empresa de telecomunicaciones de la China , un banco sudamericano
y muchas firmas de la automoción interesadas en nuestro proyecto”. Es el tercer
año que participa y asegura que esta edición ha sido la mejor. De hecho, la
inteligencia artificial, junto con la realidad aumentada, han sido los dos
grandes hitos del congreso.
En total, esta edición del MWC ha acogido más de 2.100
empresas de todo el mundo y 3.600 medios de comunicación y analistas. Además,
se han contado delegaciones de 137 países y 31 organizaciones internacionales. Cabe
decir que el 55% de los asistentes eran altos cargos directivos y sólo un 21%
de todos los visitantes eran mujeres.
Del laboratorio a las empresas
Hay un sector, además, que cuenta este MWC como su pequeño
éxito personal: este ha sido el primer año en que el congreso mundial de la
telefonía móvil ha contado con un pabellón dedicado al grafeno, el primer
material de dos dimensiones y de un solo átomo de grueso que prevé revolucionar
la industria tecnológica.
En la última jornada del congreso, el premio Nobel de física
Konstantin Novoselov lo presentó cómo uno de los pocos materiales que “determinarán
nuestro mundo”. En el pabellón del grafeno entidades como el Instituto de
Ciencias Fotónicas de Cataluña (ICFO) o el de Nanociencia y Nanotecnología han
presentado a empresas de la talla de Samsung o Intel prototipos de sensores
transparentes y flexibles que detectan los polos, o baterías que se recargan en
cinco minutos. “Sólo nos falta esto, pasar del laboratorio a las empresas, y el
MWC ha sido una gran oportunidad para hacerlo”, decía Achim Woessner,
investigador del ICFO.