Más allá de la diversión que pueden producirnos, los videojuegos son una fuente de trabajo que tiene un importante impacto en España. Segú

n datos del Libro Blanco del desarrollo español de Videojuegos en su edición de 2016,

en 2015 la industria española del videojuego facturó más de 510 millones de euros.

Esta cifra puede parecer pequeña, pero, si la comparamos con la registrada el 2014, supone un incremento en la facturación del 24 por ciento. En otros temas también vemos un fuerte auge en el sector en cuanto a lugares de trabajos generados se refiere.

Así, el sector creció en un 32 por ciento en 2015 con la irrupción de 4.460 nuevos profesionales de alta calificación en el sector, es decir, un 32 por ciento más que el año anterior. España con Cataluña al frente son toda una institución en este sector y ya son muchas las empresas del Japón y los Estados Unidos que se han instalado en ciudades como Barcelona y Madrid.

El motivo principal de esta movilidad no deja de ser un tanto problemático puesto que se debe al hecho de que los programadores españoles tienen un alto nivel y sus sueldos son muy asequibles para el capital extranjero.

Por otro lado, el crecimiento en la industria también se ha empezado a apreciar en los centros de formación como las escuelas y las universidades. Ante una demanda cada vez más grande de profesionales dedicados a este sector, también están apareciendo universidades que ofrecen grados en diseño y desarrollo de videojuegos. 

En resumen, si antes este mundo del videojuego no pasaba de algo al que se dedicaban unas pocas personas, actualmente se está convirtiendo en una de las formas de entretenimiento con más auge y creación de empleo.